21 nov 2012

Desvarío nocturno

Escrito: 17/04/2012 - 01:23hs

En el dedo anular izquierdo de una mujer no hay mejor adorno que una alianza.
Qué diría mi querida Castor o Simone de Beauvoir acerca de esa frase tan categórica, conservadora y puritana. Ella, que vivió por y para defender la libertad absoluta de la mujer, y para quien, el compromiso que representaba la unión entre dos que se aman, radicaba en absoluta libertad de acción y sobretodo contarse lo mas ínfimo como lo más absoluto. Estaría en total disconformidad conmigo. Pero, disiento, disiento contigo mi querida Castor porque presiento que tú, también buscabas la contención que sólo da el hecho que un hombre te ame solamente a ti.
Todas las mujeres nos parecemos en ese caos que significa "liarse". Cuanto amor desparramabas en tus entelequias filosóficas, en cada una de las páginas de tu obra indiscutible.
Cuánto amor por ese ser admirado por su lucidez intelectual y el desborde de su ideología  como así también y con la misma fuerza arrolladora e incontenible, su egoísmo reprochable hacia ti.
Te amaba a su manera, primero estaba él y sus conquistas amorosas, que elogiaban su ego y que sólo sentían por él, la admiración que despertaba el gran filosofo no sólo de Francia sino del mundo.
Y tú, la gran amiga, amante, compañera de todas las horas, le permitías sus desvanes.
Oh, querida, mi muy querida Castor: cuanto sufrimiento, cuanta resignación que disimulabas a través de tu elegancia clásica de mujer libre pensadora y tu glacial distancia que imponías.
Tu ductilidad de comprensión abarcó tu vida y la de él.
El fuego de tu espíritu desbastaba lo cotidiano y sus cenizas rodeaban los leños de los días.
Estuvimos en continentes diferentes y en épocas diversas, pero aprendí a conocerte a través de tu obra.
Creo que habríamos coincidido con la frase del principio, después por supuesto, de discusiones interminables, pero siempre con la luminosidad de tu pensamiento que deja una huella imborrable a pesar del tiempo.
Mi pequeño homenaje a ti, mi querida Castor, mi admirada Simone!


2 comentarios:

  1. Amiga ojalá siempre pudiésemos admirar desde el discenso, "no creo que como lo cuentas, hayas sido feliz en tu vida personal pero admiro tu arte"... muy buena tu reflexión Jose, un abrazo! Marta

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